martes, 1 de febrero de 2011

Esas pequeñas historias

Cuando Juan de Dios era comentarista de TVE solía recurrir a las pequeñas historias para explicar el devenir de algunos partidos. Y no le faltaba razón, en un deporte tan igualado como el nuestro a tan alto nivel, los detalles, las pequeñas historias son fundamentales. Por eso, seguramente el bronce español del Mundial tiene muchas pequeñas historias... Mi idea es intentar aportar algunas que yo veo desde la distancia.
La primera me lleva al banquillo. Valero Rivera. El entrenador de clubes más laureado de largo, con una Champions casi para cada dedo de sus manos, con títulos para aburrir... vamos, con poco que demostrar. Yo lo veía en el banquillo con una intensidad propia del ganador e impropia de quien no tenga hambre de victoria. Me gustó mucho verlo así. Además, su lista encontró voces contrarias, pero demostró que todo tenía su razón...
Los hermanos Entrerríos tenían su otra pequeña (gran) historia. Tras superar momentos muy duros en el ámbito familiar, fueron capaces de canalizar una situación complicada emotivamente y conducirla hacia la motivación positiva. Su imagen tras el partido contra Suecia abrazados a su padre fue tan emocionante como ilustrativa.
Albert Rocas también ha tenido un Mundial especial. Ha sido la culminación de un proceso de paciencia y madurez personal. De su calidad nadie en su sano juicio podría dudar, pero las cosas hace un año estaban complicadas para Albert incluso en su propio club. El de Palafrugell veía como Víctor Tomás gozaba de más confianza que él para el entrenador, que además lo hacía bien y que esa situación le cerraba las puertas de jugar minutos de calidad en el Barcelona y en la selección. Y en ese momento, fue cuando la gente que le rodea le ayudado a mejorar. La paciencia, el trabajo, la constancia le han permitido esperar su oportunidad, y la ha aprovechado. El partidazo contra Francia dejó claro que Albert Rocas nunca se ha ido, que siempre ha estado ahí.
Son tres de esas pequeñas historias, pero seguro que hay más. Me acuerdo de la fundamental aportación de un jugador discutido como Roberto García Parrondo, de la no dependecia de Julen en el pivote, del crecimiento de Gurbindo en una gran cita, de la aparición al fin de Sterbik en una gran cita... Muchas cosas buenas que han permitido recobrar la ilusión con la selección española de balonmano.

2 comentarios:

  1. No entiendo cómo alguien podía dudar de la capacidad de Valero para llevar la selección.Era conocedor de las virtudes y defectos del conjunto y ha explotado al máximo las virtudes.Tenemos problemas en algunas posiciones,pero de aquí a Londres y al mundial de casa hay jugadores que deben progresar y esto debe ser esperanzador.Espero que este gran mundial sólo sea el principio de una gran etapa,aunque hay media docena de selecciones que deben pensar lo mismo,y la frontera entre el éxito y el fracaso es muy pequeña,más en este deporte.
    Valero ha marcado el camino a seguir y sólo queda confiar en él para que termine lo que ha empezado en Suecia.Eso sí,sin pedirle milagros.

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