jueves, 3 de octubre de 2013

Esfuerzo por encima del dinero

Retomo este blog que tenía descuidado para poner negro sobre blanco la situación de los muchos jugadores y técnicos de nuestro deporte. No me refiero a los de arriba, a los de Asobal, que tienen sus propios problemas, más cercanos a la organización del "negocio" que a la propia responsabilidad de los protagonistas en la pista.
Me refiero a l@s que están jugando y entrenando a los equipos de categorías nacionales amateurs, sin ver un duro. Ell@s forman parte de la pirámide de nuestro deporte, porque sin esas categorías no sería posible un salto lógico entre la base y la élite. Tendríamos un deporte fracturado.
La motivación de cada uno de ellos varía. Hay quienes juegan por mera diversión, quienes no pueden de meterse balonmano en vena cada semana, quienes quieren crecer y tienen un objetivo en categorías superiores, quienes necesitan competir sea donde sea... Pero todos ellos conforman una parte importante de nuestro deporte.
Me pongo a escribir a consecuencia de la medida tomada por la Federación Española de cambiar los grupos de Primera Nacional este pasado verano. Una decisión que ha hecho mucho daño en algunas territoriales, fundamentalmente a la que mejor conozco, la de Navarra. Anaitasuna, Beti Onak y Huarte han tenido que levantar la voz para poder encontrar alguna complicidad y poder seguir adelante.
Lo del dinero es muy importante, pero no me voy a referir yo ahora sólo a él. Voy al esfuerzo personal y colectivo que cada fin de semana, en muchas pistas de toda España, hace tanta gente por seguir jugando, dusfrutar de este deporte y mantener viva esta categoría. La decisión de la Federación Española no me gusta, pero creo que todos conocemos los mecanismos que funcionan justo después de las elecciones.
Centrándome en el esfuerzo, algunas personas debería conocer la realidad de esta categoría. De cuantos deportistas han de restar horas a parejas, hijos, ocio y sueño para entrenar, subirse a autobuses (también aviones en algunos casos) y jugar partidos. Arreglar turnos, cambiar horarios, discutir con parejas, renunciar a cenas con amigos... Todo por seguir con el balonmano.
Vamos a intentar ayudarles. No les pongamos más trabas. Hagamos que su vida deportiva sea más sencilla para que no se nos quede mucha gente sin jugar. El balonmano también crecerá de esa manera. Y para esto no hace falta dinero.

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