La victoria española de ayer nos ilusiona a todos, es inevitable. Somos un país de dos caras, de contrastes... y hoy toca euforia. Ojo, y no sin cierta razón. Los húngaros, que parecían el Dream Team contra Francia, fueron arrollados por los de Valero.
Mi principal conclusión de la jornada de ayer es poner a cada uno en su sitio. España está fuerte, ya sea con la débil Chequia (para Francia no era tan débil) o contra la potente Hungría (era potente para Francia). Vamos, que España anda bien, Francia titubea, Hungría no es para tanto y Chequía tampoco es tan mala.
La otra conclusión me lleva a la primera jornada. España sabe lo que hace y sabe a lo que juega. Y juega a balonmano. Hacía bastante que no veía a España practicar este deporte, no salir a meter goles, sino jugar colectivamente a balonmano. Se sabe lo que se busca en cada ataque, el espacio deseado es abierto hasta que el jugador en cuestión lo ocupa para lanzar. Una delicia.
Y en defensa, me paro y me levanto para hablar de Hombrados. Lo de Sterbik es una faena, pero igual después del Europeo alguno se da cuenta del portero que es Jota. Yo no soy objetivo, le aprecio mucho como jugador y persona, pero me alegraré mucho si mantiene este nivel y se lleva medalla. Hay más porteros en España además de Stebik... Y nada está perdido porque él no este.
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