domingo, 19 de diciembre de 2010

Errores, banquillos, NASF y balonmano base

Ayer me pegué la primera SUPERCAGADA en un banquillo. Mi equipico de infantiles de Ardoi se jugaba el tercer puesto de su grupo y nos la jugábamos contra Lagunak. Los chavales lo hacieron casi todo muy bien, jugaron genial, sólo fallaron unos cuantos tiros. En resumen, ganaban por nueve goles en la segunda parte y acabaron empatando.
Sólo un entrenador muy malo podía chafar la situación. Allí estuve yo. Di el partido por ganado, me lo creí, la cagué, con todas las letras. La verdad es que me dio una pena tremenda porque los chicos hicieron bien todo lo que se les pidió, pero yo me equivoqué.
Y alguno pensará qué tiene que ver esto con los #nasf. Se trata de una expedición tecnológica navarra que ha estado hace poco en San Francisco, visitando Google, Facebook, etc. Me contó el otro día @rafa_aguilera que en esas empresas buscan gente que asuma que ha fracasado alguna vez en la vida. Yo lo hice ayer y no es tan malo, de todo se aprende, pero del error más.
Sin embargo, como te digo una cosa, te digo la otra. Al terminar el partido, charlando con los padres, uno me dijo que estaban encantados de cómo disfrutaban sus hijos jugando al balonmano. Se me pasó el cabreo de golpe. En mi concepto del balonmano base, del deporte base, sin duda está por delante que los chavales y los padres estén contentos a que ganen o no un partido.
Aunque el error propio no se borre por ello.

4 comentarios:

  1. Qué grande, Fernando!!

    Da gracias al Señor por poder contar con unos chavales así y, sobre todo y lo más importante, con unos padres que han aprendido a disfrutar de lo más importante.

    Si hay un lugar por el que debe empezar el cambio de modelo social -la economía se la dejamos a los que, dicen, saben de ello- es precisamente por ahí: por el destierro definitivo de esa mierda de idea de que fallar te estigmatiza para toda la vida...

    Cambiar de opinión enriquece; probar y errar, te enriquece; errar y aprender de los errores, enriquece...

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  2. Chapeau, Fer (y Rafa, también)... qué importante es darse cuenta de estas cosas!

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  3. Sigue así, Fer. Es un placer enorme tener compañeros de viaje como usted.

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